La comarca de la Safor
A mediados del S.XVIII, impulsada por el incremento de cosechas de seda en la comarca de la Safor, la sedería se convertiría en uno de los motores del artesanado de la comarca.
Los maestros artesanos estaban vinculados al ART MAJOR DE LA SEDA de la ciudad de Valencia y de él dependían en cuanto a la ordenación gremial del oficio.
Los privilegios de esta institución prevalecen vigentes hasta que la revolución burguesa le deroga su carácter de institución privilegiada y se instaura la libertad de la industria.
Los privilegios de esta institución prevalecen vigentes hasta que la revolución burguesa le deroga su carácter de institución privilegiada y se instaura la libertad de la industria.
La crisis sedera del primer tercio de mil ochocientos afectó a los pequeños artesanos pero no supone la desaparición de la producción sedera.
Ya hemos hablado en el post anterior del comienzo y la importancia de la industria Sedera en la Safor que marca la caída del artesanado.
En la actualidad, en la Safor, ya no queda nada del esplendor glorioso de la seda, quedando este mismo sólo en la memoria de los más mayores.
Fábrica Lombard Frères de Almoines
La última fábrica de hilatura de seda está ubicada en Almoines, pueblo situado a pocos kilómetros de Gandía. Fundada en 1848 por Enrique Lombard Gaujoux, propietario de una fábrica de tejidos en Nimes. Enrique Lombard vino a nuestras tierras en busca de la materia prima para sus fábricas francesas.
En la actualidad, esta fábrica del S.XIX, es considerada Patrimonio Industrial Arquitectónico de la Safor, y su mejor emblema de la arquitectura industrial. Sus instalaciones son un hito para la investigación. Es una auténtica joya que está a punto de desaparecer.
La fábrica llegó a tener más de novecientos trabajadores, según apunta el libro Rasgos históricos de Almoines, procedentes de muchos pueblos de la comarca. Las hilaturas de seda que allí se hacían se exportaban a medio mundo gracias al desaparecido ferrocarril de Alcoy.
Una auténtica joya a punto de desaparecer
En la actualidad se ha rehabilitado un trozo de esta fábrica para convertirse en un espacio cultural. Rezo para que se actúe sobre el resto del edificio, aunque cómo ya dije en mi anterior post, en abril del año 2002 una parte de esta estructura ya fue destruida, quedando solo en pie una parte importante, que desafía al paso del tiempo implorando atención.
Todo el edificio es Patrimonio Arquitectónico. Para entender la historia y la cultura, seria necesaria su total rehabilitación conservando los espacios destinados a cada uso, para poder darle todo el valor que le corresponde.
Según he leído, se ha desestimado la declaración de BIC.
Este edificio histórico y patrimonial llegó a montar su propia banca en la ciudad de Valencia, siendo un referente mundial de la industria valenciana de la sericultura y la hilatura. Actualmente se encuentra totalmente desprotegido. Y a pesar de que no ha sido declarado bien de interés cultural, ahí está, resistiendo cómo puede a las inclemencias.
Este vestigio histórico de la importancia valenciana de la seda desde el siglo XIX es otra joya de nuestro patrimonio que estamos a punto de menospreciar y abandonar a su suerte, y con ella no solo a nuestra industria textil, arquitectónica, histórica, económica, cultural, y de investigación, sino también un referente nacional; incluso me atrevería a decir europeo, y quién sabe si mucho más.
La comisión de Patrimonio de la dirección general Bellas Artes y Bienes culturales del Ministerio de Cultura había incluido la fábrica de la Seda Lombard en el Plan Nacional de Patrimonio cultural para la recuperación de infraestructuras históricas industriales, pero este reconocimiento, no le ha servido para su protección.
Siempre esperando que se vuelva a reconsiderar el abandono de este bien precioso, y que puedan unirse las fuerzas necesarias para su protección. De este modo parte de nuestra memoria y nuestra historia prevalecerían en este monumento histórico y cultural.